La atención plena es una de las posibles acepciones del término inglés mindfulness, conocido en la bibliografía anglosajona. Dicho término no tiene una palabra correspondiente en castellano. Puede entenderse como atención y conciencia plena, presencia atenta y reflexiva. Los términos“atención”, “conciencia” y “referencia al momento concreto” están incluidos de lleno en su significado. La atención plena viene a plantear, por tanto, un empeño en centrarse en el momento presente de forma activa y reflexiva. Una opción por vivir lo que acontece en el momento actual, el aquí y ahora, frente al vivir en la irrealidad, el soñar despierto.
Uno de los referentes más claros de mindfulness es la meditación. Concretamente,la meditación budista zen, la vipassana, una meditación practicada por los budistas theravadin. Más allá del tipo concepto de la meditación, la meditación en sí ha estado ligada al desarrollo de las técnicas de control fisiológico: la relajación y el biofeedback. La meditación transcendental ha sido comparada, clásicamente, con diversos tipos de relajación. En consecuencia, la atención plena tiene unas connotaciones psicológicas evidentes, aunque transciende de lo meramente psicológico e impregna en un sentido más amplio de vida, una filosofía de la vida y una praxis, un modo de conducirse en situaciones y momentos concretos. El mindfulness no puede ser entendido de forma genérica, sino que siempre es referido a un momento temporal concreto (presente).
Para terminar de acotar, siquiera de forma preliminar, el concepto, hay que añadir que esa atención, conciencia y reflexión son de carácter no valorativo. Es una experiencia meramente contemplativa; se trata de observar sin valorar, aceptando la experiencia tal y como se da. Es una observación abierta e ingenua, ausente de crítica y valencia. Se diría que es una forma de estar en el mundo sin prejuicios: abierto a la experiencia sensorial, atento a ella y sin valorar o rechazar de forma activa y taxativa dicha experiencia. El fenómeno así descrito es de evidente interés en psicología. Plantea en términos positivo cómo orientar la atención y la actividad, adecuándose de forma abierta a cada situación, y señalada. Así, para Linehan (1993), el entrenamiento en mindfulness supone instruir al paciente para que observe su cuerpo y lo describa, sin valoración y centrándose en el momento presente. El mindfulness es considerado desde diversas perspectivas como un fin en sí mismo, como una filosofía de vida o modo de conducirse en ella. En esta óptica se considera el mindfulness como un tipo de meditación inserta en la cultura oriental y en el budismo, en particular, el ideal zen de vivir el momento presente.