¿Cuáles son las consecuencias de este tipo de engaños?
Si te concentras y tomas consciencia de muchas de las situaciones del día a día que evitas “enfrentar” o “abordar” como padre, madre o educador, te darás cuenta de que las dificultades no son de los niños, sino tuyas. Por lo que hasta que no las mejores en ti mismo, los pequeños seguirán repitiéndolas, y sufriendo por ello.
Para ayudarlos a manejar la rabia, la frustración, el miedo, debemos servir como modelos para que aprendan de nosotros desde el ejemplo, no desde la palabra (sabemos que requiere menos esfuerzo educar dando directrices, que siendo realmente un ejemplo con acciones).