Los trastornos por uso de drogas constituyen, en la actualidad, uno de los problemas de salud pública más importante y tanto su consumo como las consecuencias derivadas del mismo son un tema de atención y preocupación prioritario para todos los países de nuestro entorno. La probabilidad de que una persona consuma una droga o llegue a ser adicto no se relaciona sólo con las propiedades farmacológicas de la sustancia y su efecto en el cerebro, sino también con procesos psicológicos básicos de aprendizaje y socialización, así como con el contexto social y cultural en el que el individuo se desenvuelve.