Una buena manera de reducir los niveles de ansiedad, a los que muchas veces nos encontramos sometidos, es lo que se conoce con el nombre de RESPIRACIÓN CONSCIENTE.
Se trata de desviar nuestra atención hacia la punta de nuestra nariz fijándonos en las veces que inhalamos y exhalamos. Si te das cuenta, cuando fijas tus ojos en esa parte de tu anatomía tu mente automáticamente bloquea cualquier otro tipo de pensamiento, lo cual resulta muy útil cuando pretendemos que los pensamientos negativos no dominen nuestra vida.
Con dicha técnica logramos alcanzar la calma mental y por tanto favorecemos a una posible entrada de pensamientos positivos para invertir la corriente de nuestra mente.
Dentro de este mismo grupo de RESPIRACIÓN CONSCIENTE encontramos otro ejercicio que facilita la relajación de todo nuestro organismo. Se trata de fijar nuestra atención cuando respiramos de tal manera que si empleamos 3 segundos para inhalar, debemos emplear 6 segundos para exhalar. Es decir, exhalamos el doble de tiempo que inhalamos por lo que conseguimos que nuestro cuerpo reduzca cualquier ritmo vital ayudando con ello al bienestar emocional.
Animaros a probar estas técnicas cuando creáis que no sois capaces por vosotros mismos de bloquear los pensamientos negativos para seguir adelante, ya veréis que funcionan muy bien.