La niebla mental es muy común en las personas que padecen fibromialgia; también es frecuente cuando estamos sometidos a un estrés elevado. Nos falta la energía y nuestra mente queda suspendida en una dimensión opaca, lejana y extraña, donde nos es muy complicado concentrarnos, tomar decisiones o incluso recordar cosas sencillas.
Las personas que experimentan esta disfunción cognitiva se sienten verdaderamente aterradas. Percibir cómo de pronto empezamos a olvidar el nombre de las personas, cómo nos desorientamos o nos sentimos incapaces de entender lo que nos dicen o lo que leemos, provoca sin duda que estos pacientes teman estar experimentando un inicio de demencia.
Serán siempre los especialistas quienes nos ofrezcan un adecuado diagnóstico en base a nuestra sintomatología. Sin embargo, cabe señalar que por lo general, la fibroniebla va asociada a la fibromialgia. Esta incapacidad momentánea para aferrarnos a la realidad, a nuestra vida y a cada uno de sus acontecimientos ordinarios, es sin duda un factor clave a la hora de realizar un diagnóstico integral sobre esta enfermedad tan debilitante.
Cabe decir que, ante todo, con unos buenos recursos, paciencia y unas habilidades adecuadas, se puede reducir su impacto. Asimismo, es importante tener en cuenta que la nieblina mental se asocia a su vez a otros procesos físicos y psicológicos que es necesario conocer para poder así disipar a la bruma de la mente y recuperar el férreo control de nuestra realidad.
Te proponemos ahondar en este interesante tema que, tal vez, te sirva de ayuda en algún aspecto.
La niebla mental o cuando nuestras neuronas “duermen”
No son simples olvidos. Tampoco son descuidos comunes ni aún menos algo que se pase con un día de descanso. Las personas que experimentan “niebla mental” afirman tener la sensación de que una parte de su cerebro está apagada. Otros lo definen más bien como “quedarse en blanco”, fugas momentáneas donde nuestra mente parece entrar en “stand by”, hasta el punto de quedar ausentes en medio de una conversación o estar conduciendo de forma automática pero sin tener ningún rumbo concreto.
Es sin duda un fenómeno tan peligroso como traumático para la persona que lo experimenta. Desde la Universidad de Wisconsin-Madison descubrieron que la clave de este fenómeno se halla en diversos grupos de neuronas corticales. Por alguna razón que aún no está clara, desarrollan “apagados” momentáneos, fallos temporales en la conectividad que sumen al paciente, irremediablemente, en ese túnel brumoso donde quedan aislados de la realidad.
La causa de estos fallos cognitivos podrían tener diversos orígenes, causas que se relacionarían con épocas de estrés o con enfermedades muy concretas.
Fibromialgia
Tal y como hemos señalado al inicio, la fibroniebla forma parte del diagnóstico del diagnóstico diferencial de la fibromialgia.
Asimismo, se ha descubierto también que tanto las personas que padecen esta enfermedad como fatiga crónica, presentan un déficit de citoquinas, un tipo de proteínas esenciales para asentar en el cerebro nuevas informaciones.
Ser celíaco y no tener aún el diagnóstico
Consumir demasiado glúten o ser celíaco provoca, a menudo, que suframos episodios de nieblina mental. Esta enfermedad autoinmune ocasiona serios efectos en nuestro rendimiento cognitivo, de los que no siempre somos del todo conscientes al fijarnos más en los síntomas físicos u orgánicos.
Basta con cambiar la dieta para que la bruma mental, se escampe.
Eres un adicto a la “multitarea”
La multitarea es esa epidemia tan común a la que no le damos ninguna importancia. Trabajar sin darnos tiempos de descanso, encadenar un objetivo tras otro o concentrar toda nuestra atención hacia diversos estímulos a la vez, trae tarde o temprano, serias consecuencias.
El cerebro, por mucho que nos convenzan, no es un ordenador. Es una entidad viva que tiene sus ritmos, sus pautas, sus necesidades. Si lo sobreestimulamos al límite, no desarrollaremos un cerebro más grande ni más hábil. Lo que sucederá es que nos reclamará descansos a la fuerza, es decir, se “desconectará” momentáneamente.
La menopausia no es precisamente una época de mágico esplendor en la mujer. Hay retos, hay cambios que afrontar y ante todo, oscilaciones en nuestro cuerpo que debemos conocer para poder “controlar”.
La niebla mental es uno de ellos. La inevitable bajada de los niveles de estrógenos genera cambios en nuestros procesos cognitivos: dificultad para concentrarnos, para asentar datos nuevos, para tomar decisiones con la rapidez de antes…
Es un fenómeno común que podemos gestionar con estrategias adecuadas y con la ayuda de nuestros médicos.
Cómo tratar la bruma mental
Tras recibir un diagnóstico adecuado en base a nuestra sintomatología, lo que haremos sin duda es tratar el problema de base: seguir las pautas médicas si sufrimos fibromialgia, gestionar mejor el estrés o cambiar nuestra dieta si somos intolerantes al gluten.
El primer paso, por tanto, se centrará siempre en seguir las pautas médicas que nos faciliten los especialistas. El segundo paso es “mentalizarnos”. La bruma mental debe afrontarse con calma, teniendo muy claro que el miedo, el estrés y la propia ansiedad tienden a intensificar aún más el fenómeno.
Pautas para afrontar la niebla mental
En nuestro día a día, vale la pena tener en cuenta estas sencillas estrategias que sin duda, nos servirán de ayuda.
Lo más importante en estos casos es contar con el apoyo de los tuyos. Intenta normalizar estas situaciones, evita obsesionarte con ello y busca, si lo deseas, grupos de personas que también estén pasando por lo mismo. Entiende que mantener una actitud positiva y relajada evitará que estas bruma se concentre aún más en nuestros espacios vitales y en tu derecho a ser feliz.
Escríbenos por WhatsApp