Las rupturas de pareja son cada vez más frecuentes. Hace unas décadas, incluso unos años atrás, casi todas las parejas aguantaban juntas toda la vida, a pesar de las desavenencias que pudiera haber. Hoy en día, la cosa ha cambiado bastante e incluso se podría decir que nos hemos posicionado en el otro extremo.
Aceptar incondicionalmente a la otra persona, con sus defectos y virtudes y siendo conscientes de que el ser humano perfecto no existe ni existirá es la puerta de entrada a una relación de pareja satisfactoria. Evidentemente, siempre hay límites que tenemos que tener claros y que no debemos dejar pasar, como pueden ser el maltrato, la anulación, la falta de respeto o a la amputación de una parte o de toda nuestra libertad individual.
Cuando se acaba una relación, el sentimiento de desolación, de vacío y de soledad está presente durante un largo periodo de tiempo. Pasamos por el famoso duelo, el cual ha de doler porque ese dolor es el que finalmente va a reconstruirnos de nuevo.
El duelo tiene varias etapas, ya muy conocidas por todos: negación, rabia, depresión, aceptación…y podemos pasar por todas ellas o solo por algunas. Hay personas que no elaboran adecuadamente su duelo tras la ruptura, lo cual provoca el enquistamiento del dolor durante demasiado tiempo, generándose un bloqueo emocional.
¿Qué voy a sentir tras una ruptura?
Dejar una relación es un proceso que puede llegar a ser sumamente doloroso. Has estado con esa persona días, meses o años, has compartido toda tu vida con él o ella. Os conocéis casi a la perfección. Compartís amistades, tienes cariño hacia su familia y de repente todo eso, se esfuma, casi de un día para el otro. ¿Cómo no voy a sentir dolor por ello?
Esa persona, que estaba tan presente en tu vida, que era lo más importante para ti, de repente ya no está y quizás no vuelvas a verla nunca más. Claro que es duro y mucho. Tu alma se rompe en pedacitos, te sientes muy perdido, no ves ninguna salida y la sensación de vacío se apodera de ti..
Lo primero que has de saber y aceptar es que te vas a sentir mal, muy mal. La ruptura, como hemos dicho, duele. Pero también tienes que entender que es el proceso normal y aconsejable. Has de llorar esa pérdida, enfadarte con el mundo, gritar si te apetece…siempre y cuando estos comportamientos no duren demasiado.
Tienes que darte cuenta de que todo esto no son más que ideas, pensamientos que salen de tu cabeza y que son los responsables reales de tu sufrimiento. Cuanto más ahondes en ellos, más crecerán y más dolor te causarán. No los alimentes.
¿Cómo volver a ser yo tras la ruptura?
Tras pasar el periodo de duelo que hemos comentado, empezarás a ver las cosas de otra manera. El tiempo es nuestro gran aliado, pero también lo es nuestra mente, cuando es capaz de pensar de forma realista. No sirve de nada que pase el tiempo y sigamos sintiéndonos incompletos, vacíos, pensando que era el amor de nuestra vida, etc.
Uno debe comenzar a ponerse en pie y dejar de pensar de forma extremista y rígida. El amor de tu vida no existe. No ha nacido un ser que sea tu alma gemela, ni tú media naranja, ni nada por el estilo. Lo que importa de verdad es estar a gusto con la persona con la que estés en pareja en el presente.
Tampoco estás solo, ni vacío, a tu alrededor existen miles de personas dispuestas a conocerte además de las que ya conoces. Eso sí, lo podrán hacer si no te cierras a ellas.
Poco a poco, conforme lo vayas haciendo, te irás sintiendo más reconfortado. Además, gracias a salir y quedar con otras personas, puedes conocer a alguien interesante o pueden salirte oportunidades, laborales, de viajes, de ocio…nunca se sabe.
Recupérate a ti mismo. Es posible que en pareja, hayas dejado de hacer cosas que antes te hacían vibrar. Es el momento de volver a retomarlas y empezar a ganar satisfacción con esas actividades. Muchas veces en pareja nos abandonamos a nosotros mismos y tras la ruptura, es recomendable volver a encontrarnos. Nos lo agradecerá nuestra autoestima.