Una de las primeras habilidades matemáticas que los niños aprenden en la escuela, una vez que saben sumar y restar, es multiplicar. La multiplicación no es más que un atajo para sacar grandes sumas de manera más rápida, lo cual significa que no demanda mucha memoria sino una buena dosis de razonamiento. Sin embargo, como lo más usual es pedirles a los niños que memoricen las tablas de multiplicar, estos llegan a odiarlas. Por suerte, existen otros métodos para que los pequeños aprendan a multiplicar.
Acercar a los niños a la multiplicación en cinco pasos
Uno de los errores más frecuentes que cometen los padres en la educación de sus hijos consiste en enseñarles contenidos para los cuales aún no están preparados. Por eso, el primer paso para que le enseñes las tablas de multiplicar, y probablemente uno de los más importantes para no sentar un precedente negativo, consiste en determinar el momento apropiado. El niño estará preparado cuando tenga la madurez suficiente como para asumir contenidos nuevos y haya adquirido conocimientos esenciales como la suma y la resta. Otro factor que a menudo olvidamos pero que resulta esencial es la motivación, es fundamental que el niño esté motivado por aprender a multiplicar.
A la mayoría de los niños les gusta entender el por qué de las cosas, les apasiona descubrir para qué sirven, de esta forma se motivan. Por eso es esencial que, más que darle las tablas para que las aprenda de memoria, le expliques que la multiplicación no es más que la suma sucesiva de un mismo número y que es muy útil para sacar cuentas rápidas. Solo cuando el niño comprende la utilidad de la multiplicación puede encontrarle sentido a aprender las tablas.
A menudo los padres, e incluso algunos maestros, piensan que aprender a multiplicar equivale a memorizar pero se trata de un grave error. En realidad las tablas son lo último que debe aprender. Primero debe empezar por multiplicaciones básicas y muy sencillas, como por ejemplo, 2X2, 2X3 o 3X3. Se trata de que desarrolle la habilidad de multiplicar y comprenda el proceso que está en la base. Para trabajar el concepto de la multiplicación debes indicarle que se trata de la suma sucesiva del mismo número, de manera que 2X3 significa 2 veces 3; es decir: 3+3. Y así sucesivamente.
La multiplicación no solo es lógica, también demanda una buena dosis de práctica, así el niño reforzará los conocimientos adquiridos y a la vez, aumentará la confianza en sus capacidades. Cualquier sitio es bueno para practicar, sobre todo fuera de casa, para que comprenda la importancia de esta nueva habilidad. Por ejemplo, cuando vayáis de compras puedes preguntarle: ¿Cuánto debo pagar por 3 tarros de mermelada si cada una cuesta 2 euros?
Una vez que el niño haya comprendido cómo funcionan las multiplicaciones básicas, ha llegado el momento de que le enseñes las tablas. Puedes utilizar las tablas tradicionales o una personalizada. En un primer momento lo más importante es que el niño manipule y visualice la tabla para que pueda comprenderla. Luego puede pasar a aprenderlas, aunque tendrá que hacer acopio de la memoria, hay diferentes trucos que le permitirán avanzar más rápido en el aprendizaje, como por ejemplo: